Lo reconozco, he caído. Me gusta, bastante, el cilantro. No creo que apabulle mi comida, no me sabe a jabón, no creo que sea un alimento nazi. Le he cogido el truco y me en-can-ta ¡Tantas culturas no pueden estar equivocadas!
Es cierto que al principio puede producir un cierto rechazo, esto se debe a que es un sabor ajeno a nuestra tradición culinaria. Eso sí, vale la pena darle una oportunidad, os dará momentos de placer, garantizado.
Así que con mi manojo de cilantro, que me dura semanas – tengo sospechas de que se reproduce dentro de la bolsa en la nevera – hago muchas cosas. La hojitas enteras en la ensalada, o majado con aceite y / ajo / frutos secos/ parmesano/ está muy rico en platos calientes como pasta, legumbres, sopas, y algunos pescados o pollo.
Totalmente recomendable, lectores. Aquí unos ejemplos:
El pase de diapositivas requiere JavaScript.
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
Relacionado